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Hoy, Bogotá se convirtió en epicentro de la música. Desde las 11 de la mañana, la bahía del teatro municipal Jorge Eliécer Gaitán recibió a la Banda Sinfónica Juvenil de Chía, conformada por jóvenes promesas de la música sinfónica, quienes interpretaron magistralmente un variado repertorio que incluía algunas de las composiciones del magnífico Ennio Morricone, junto con temas de compositores nacionales como Pacho Galán y Lucho Bermúdez.
Más tarde, desde la 1:00 hasta las 5:30 p.m., la jornada de Jóvenes Talentos por la Paz, convocó a cientos de personas en los dos escenarios de la FUGA, con una maratón de diez conciertos, uno cada media hora.
Puro Joropo, revivió el interés por la música de los Llanos Orientales; los jóvenes de esta agrupación enamorados de su Llano, capturaron al público con letras típicas y nostálgicas adornadas con el dulce repicar de las cuerdas del arpa y el cuatro, donde se reflejaba el orgullo de la raza.
Evolución, una agrupación conformada por personas con diversas discapacidades cognitvas, logró transmitir su mensaje de tolerancia, amor y respeto a la diferencia. Los muchachos se entregaron sin restricciones a un auditorio muy receptivo. La felicidad y energía que desplegaban en el escenario se contagió rápidamente a los asistentes con lo que, tal y como manifestaron al finalizar el concierto, "este es un sueño hecho realidad".
Crham y sus versos rítmicos hicieron bailar hasta a los más pequeños. La sencillez de este músico nos conquistó a todos. Con su banda, divulgó mensajes positivos a la audiencia, dejando claro el inmenso orgullo que siente de ser colombiano; aunque también le cantó a ciudades del mundo como "París donde el amor y la ternura, borran cualquier cicatriz".
La Subienda por su parte, puso el tono Ska tan caribeño. Imposible quedarse quieto cuando te expones la influencia de este sonido que evoca el Reggae. Las letras de la agrupación transmiten los anhelos de la juventud, sueños de amor y fraternidad que no nos vienen nada mal, en estos tiempos en los que hablamos de paz.
Juan Kamoru y su grupo expusieron todo su arsenal de sonidos recolectados a lo largo de sus viajes por este continente tan rico y variado en ritmos. El público descubrió la amplia gama de posibilidades sonoras que hay en la fusión con el Reggae o el Soul, sin duda se convenció de que más allá de las diferencias raciales, al final todos somos el maravilloso resultado del mestizaje.
Psicoactivo y su rock alternativo también estuvo en el auditorio de la Fuga hoy. Uno más de nuestros Jóvenes Talentos por la Paz que mostró gran calidad en el escenario.
Con Los Onabru, confirmamos que el Hip-hop es el ritmo preferido por los jóvenes de la urbe. Su necesidad de expresarse, de manifestar su inconformidad y hacer una crítica a la sociedad opresora, en el caso de esta banda, también está acompañada de mensajes más positivos donde se invita a la convivencia pacífica haciendo a un lado las diferencias.
Los Rosa, una propuesta fresca para el público juvenil, donde el amor es el ingrediente principal. Su sonido se inspira en el Rock que, en algunos momentos suena suave pero que de vez en cuando sorprende con la potencia de varias guitarras eléctricas. Ellos no permiten que su música caiga en la monotonía.
Fámez, ofreció la esencia propia del Hip-hop. En sus letras prima la inconformidad y la desolación frente al presente y al futuro, en fin, el sentir de la mayoría de los jóvenes que hacen parte de una generación y circunstancias que los ponen al margen de un grupo mal llamado “exitoso socialmente”.
Caballos de Fuerza, con un cierre espectacular de esta jornada, mostró toda la potencia de la que es capaz. Su música está incrustada de espectáculo, es fantástico en la escena y musicalmente, se atreve a volver al New Wave de los 80s y aún más, lo llena de letras propias, en español.
Hoy, Festival Centro mostró de qué está hecho, hecho de música y ratificó porqué vale la pena volver al centro, porque hoy y hasta el 17 de enero Bogotá y su centro serán mucha música.