Cerco al Rey

El ser humano ha soñado incontables dioses, los ha nombrado, los ha venerado y les ha temido; ninguno ha sido más poderoso ni más definitivo que la fuerza del destino. Los dioses podrían desaparecer tan solo con darnos a la tarea de olvidarlos, pero nada detendría el asedio que se aproxima, o la cuerda que se cierra sobre la garganta o la caída de la espada que oscila sobre nuestras cabezas. “Cerco al rey” habla de aquella fuerza inapelable que nos gobierna y de la cual no podemos sustraernos, de la imposibilidad de escapar de nuestros laberintos, de ese destino que, indiferentemente, nos enriquece o nos castiga, pero también del valor de asumir lo que nos ha tocado en suerte. Hay en el ser humano una fuerza que le permite resistir las leyes que lo condenan.

"Cerco al rey" ha encontrado sus fuentes de creación en motivos de la mitología clásica (el minotauro, el laberinto) y en textos de Sófocles (Antígona) y de Shakespeare (Hamlet).